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Salmos 40 - Biblia Universidad de Jerusalem


Alabanza por la liberación divina (Sal. 70.1-5) Al músico principal. Salmo de David.

1 (2) En Adonai puse toda mi esperanza, él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor.

2 (3) Me sacó de la fosa fatal, del fango cenagoso; asentó mis pies sobre la roca, consolidó mis pasos.

3 (4) Puso en mi boca un canto nuevo, una alabanza a nuestro Di-s; muchos verán y temerán, y en Adonai tendrán confianza.

4 (5) Dichoso el hombre aquel que en Adonai pone su confianza, y no se va con los rebeldes, que andan tras la mentira.

5 (6) ¡Cuántas maravillas has hecho,Adonai, Di-s mío, qué de designios con nosotros: no hay comparable a ti!Yo quisiera publicarlos, pregonarlos, mas su número excede toda cuenta.

6 (7) Ni sacrificio ni oblación querías, pero el oído me has abierto; no pedías holocaustos ni víctimas,

7 (8) dije entonces: Heme aquí, que vengo.Se me ha prescrito en el rollo del libro

8 (9) hacer tu voluntad.Oh Di-s mío, en tu ley me complazco en el fondo de mi ser.

9 (10) He publicado la justicia en la gran asamblea; mira, no he contenido mis labios, tú lo sabes, Adonai.

10 (11) No he escondido tu justicia en el fondo de mi corazón, he proclamado tu lealtad, tu salvación, no he ocultado tu amor y tu verdad a la gran asamblea.

11 (12) Y tú, Adonai, no contengas tus ternuras para mí.Que tu amor y tu verdad incesantes me guarden.

12 (13) Pues desdichas me envuelven en número incontable.Mis culpas me dan caza, y no puedo ya ver; más numerosas son que los cabellos de mi cabeza, y el corazón me desampara.

13 (14) ¡Dígnate, oh Adonai, librarme,Adonai, corre en mi ayuda!

14 (15) ¡Queden avergonzados y confusos todos juntos los que buscan mi vida para cercenarla! ¡Atrás, sean confundidos los que desean mi mal!

15 (16) Queden consternados de vergüenza los que dicen contra mí: "¡Ja, Ja!"

16 (17) ¡En ti se gocen y se alegren todos los que te buscan!Repitan sin cesar: "¡Grande es Adonai!", los que aman tu salvación.

17 (18) Y yo, pobre soy y desdichado, pero el Señor piensa en mí; tú, mi socorro y mi libertador, oh Di-s mío, no tardes.