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Proverbios 26 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011


1 Como nieve en verano y lluvia en tiempo de cosecha, así el honor no le va bien al tonto.

2 Como un gorrión tiene que revolotear y la golondrina volar, así una maldición sin motivo tiene que caerle a uno mismo.

3 El látigo para el caballo y la brida para el burro, y la vara para la espalda de los tontos.

4 No le respondas a un tonto según su necedad, si lo haces te pondrás como él.

5 Respóndele a un tonto según su necedad, si no lo haces pensará que es sabio.

6 El que manda un mensaje con un tonto malgastará las piernas y tendrá que tragarse la maldad.

7 Como le cuelgan las piernas a un inválido, así es un proverbio en la boca de los tontos.

8 Como una piedrita en la honda, así es el darle honor a un tonto.

9 Como le viene una espina a la mano de un borracho, así le viene un proverbio a la boca de un tonto.

10 Un hombre diestro puede producir cualquier cosa, pero el que emplea a un tonto es el como el que emplea a transeúntes.

11 Como vuelve un perro a su vómito, así repite un tonto su necedad.

12 Si ves a un hombre que se cree sabio, hay más esperanza para un tonto que para él.

13 Un hombre perezoso dice: “Hay un oso en el camino, un león en la plaza”.

14 La puerta se voltea sobre sus goznes y el perezoso sobre su cama.

15 El perezoso mete la mano en el plato; ni siquiera se la lleva a la boca.

16 El perezoso se cree más sabio que siete hombres que dan buen consejo.

17 Un transeúnte que se enreda en la pelea de otro es como uno que agarra un perro por las orejas.

18 Como un loco que esparce antorchas mortales, flechas,

19 es el que engaña a su prójimo y después dice: “Solo estaba bromeando”.

20 Por falta de leña se apaga un fuego, y sin un hombre querelloso se calma la contienda.

21 Los carbones para el fogón y la leña para el fuego y un hombre contencioso para encender la disputa.

22 Las palabras de un hombre querelloso son hirientes; penetran las entrañas de uno.

23 Escoria de plata derramada sobre cerámica son los labios ardientes con una mente perversa.

24 Un enemigo disimula con su habla, por dentro abriga engaño.

25 Aunque hable bonito no confíes en él, porque hay siete abominaciones en su mente.

26 Su odio puede esconderse por disimulo, pero su perversidad quedará expuesta a la vista pública.

27 El que cava un hoyo caerá en él, y a todo el que rueda un piedra se le rodará encima.

28 Una lengua mentirosa odia a aquéllos a quienes aplasta; el habla suave tira a uno al suelo.