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Juan 13 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011


Jesús lava los pies de sus discípulos

1 Antes de la Fiesta del Pésaj, sabiendo Yahoshúa que le había llegado la hora para pasar de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.

2 Durante la cena, como el Acusador ya había puesto en el corazón de Yahudah hijo de Shimón el Iscariote que lo entregara,

3 y sabiendo Yahoshúa que el Padre había puesto todas las cosas en sus manos y que él había salido de Elohim y a Elohim iba,

4 se levantó de la cena; se quitó el manto, y tomando una toalla, se ciñó con ella.

5 Luego echó agua en una vasija y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secarlos con la toalla con que estaba ceñido.

6 Entonces, cuando llegó a Shimón Kefá, éste le dijo: “Maestro, ¿tú me lavas los pies a mí?”

7 Yahoshúa le respondió: “Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás después”.

8 Kefá le dijo: “¡Jamás me lavarás los pies!” Yahoshúa le respondió: “Si no te lavo, no tienes parte conmigo”.

9 Shimón Kefá le dijo: “Maestro, entonces, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza”.

10 Yahoshúa le dijo: “El que se ha lavado no tiene necesidad de lavarse más que los pies, pues está todo limpio. Ya ustedes están limpios, aunque no todos”.

11 Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: “No todos están limpios”.

12 Después que les lavó los pies, recogió su manto, se volvió a sentar a la mesa y les dijo: “¿Entienden lo que he hecho con ustedes?

13 Ustedes me llaman Rabí y Maestro; y dicen bien, porque lo soy.

14 Pues bien, si yo, el Maestro y el Rabí, les lavé los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros.

15 Porque les he dado un ejemplo, para que ustedes también hagan como yo hice con ustedes.

16 “En verdad, en verdad les digo que el siervo no es mayor que su amo, ni tampoco el enviado es mayor que el que lo envió.

17 Si saben estas cosas, serán felices si las practican.

18 No estoy hablando de todos ustedes. Yo sé a quiénes he escogido; pero es para que se cumpla la Escritura: ‘El que comía pan conmigo me dio la patada’.

19 Desde ahora se lo digo, antes de que suceda, para que cuando suceda, crean en lo que soy yo.

20 En verdad, en verdad les digo que el que recibe al que yo envío, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió”.

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21 Después de haber dicho esto, Yahoshúa se conmovió en espíritu y declaró: “En verdad, en verdad les digo que uno de ustedes me va a entregar”.

22 Entonces los discípulos se miraban unos a otros, dudando de quién hablaba.

23 Uno de sus discípulos, a quien Yahoshúa quería mucho, estaba a la mesa recostado junto a Yahoshúa.

24 Shimón Kefá le hizo señas para que preguntara a quién era que se refería.

25 Entonces él, recostándose sobre el pecho de Yahoshúa, le dijo: “Maestro, ¿quién es?”

26 Yahoshúa contestó: “Es aquel a quien yo le dé el pedazo de pan que voy a mojar”. Y después de mojar el pedazo de pan, se lo dio a Yahudah, hijo de Shimón el Iscariote.

27 Después del bocado, el Satán entró en él. Entonces Yahoshúa le dijo: “Lo que vas a hacer, hazlo pronto”.

28 Ninguno de los que estaban a la mesa entendió por qué le dijo esto;

29 porque algunos pensaban, como Yahudah tenía la bolsa, que Yahoshúa le había dicho que comprara lo necesario para la Fiesta, o que le diera algo a los pobres.

30 Cuando tomó el bocado, él salió en seguida; y ya era de noche.

El nuevo mandamiento

31 Cuando Yahudah salió, Yahoshúa dijo: “Ahora se glorifica el Hijo del Hombre, y Elohim se glorifica en él.

32 Si Elohim se glorifica en él, también Elohim lo glorificará en sí mismo. Y pronto lo glorificará.

33 “Hijitos, todavía seguiré un poco con ustedes. Ustedes me buscarán, pero como les dije a los yahuditas, a donde yo voy ustedes no pueden ir, así les digo a ustedes ahora.

34 “Un mandamiento nuevo les doy: que se amen unos a otros. Como yo los he amado, ámense también ustedes unos a otros.

35 En esto conocerán todos que son mis discípulos, si tienen amor unos por otros”.

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36 Shimón Kefá le preguntó: “Maestro, ¿a dónde vas? Yahoshúa le respondió: “A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; pero me seguirás más tarde”.

37 Kefá le preguntó: “Maestro, ¿por qué no te puedo seguir ahora? ¡Mi vida pondré por ti!”

38 Yahoshúa le respondió: “¿Tu vida pondrás por mí? En verdad, en verdad te digo que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces”.