Hebreos 7:26-28
Hebreos 7: 26 al 28
26 Y es que nos convenía un sumo sacerdote así: santo, inocente, puro, apartado de los pecadores y exaltado por encima del cielo.
27 Él no necesita, como los otros sumos sacerdotes, ofrecer cada día sacrificios, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.
28 La Torah constituye como sumos sacerdotes a hombres débiles; mientras que la declaración juramentada que vino después de la Torah constituyó al Hijo, perfeccionado ya para siempre.
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