Salmos 84:9-11

9 fíjate, oh Dios, en nuestro Escudo, mira el rostro de tu Ungido.

10 Vale más un día en tus atrios que mil en mi casa, y prefiero el umbral de la casa de Dios a vivir en la tienda del malvado.

11 Porque el Señor es sol y escudo, Dios concede favor y gloria. El Señor no niega sus bienes a los de conducta intachable.