Biblia Total


Salmos 40 - Nueva Biblia Española (1975)


Alabanza por la liberación divina (Sal. 70.1-5) Al músico principal. Salmo de David.

1 Yo esperaba con ansia al Señor: Se inclinó y oyó mi grito de auxilio;

2 me levantó de la fosa fatal, de la charca fangosa; afianzó mis pies sobre roca y aseguró mis pasos;

3 me puso en la boca un canto nuevo de alabanza a nuestro Dios. Muchos al verlo quedaron sobrecogidos y confiaron en el Señor.

4 Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor y no acude a los idólatras, que se extravían con engaños.

5 Cuántas maravillas has hecho, Señor, Dios mío; cuántos planes en favor nuestro: nadie se te puede comparar. Intento decirlas y contarlas, pero superan todo número.

6 Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y, en cambio, me abriste el oído; no pides holocaustos ni sacrificios expiatorios,

7 entonces yo digo: "Aquí estoy",

8 porque está prescrito en el libro que cumpla tu voluntad. Dios mío, lo quiero, llevo tu ley en las entrañas.

9 He proclamado que eres justo ante la gran asamblea, no he cerrado los labios; Señor, tú lo sabes.

10 No me he guardado en el pecho tu defensa, he contado tu fidelidad y tu salvación, no he negado tu lealtad y fidelidad ante la gran asamblea.

11 Tú, Señor, no me cierres tus entrañas, que tu lealtad y fidelidad me guarden siempre,

12 porque me cercan desgracias sin cuento, se me echan encima mis culpas y no puedo huir; son más que los pelos de mi cabeza, y me falta el valor.

13 Dios mío, dígnate librarme; Señor, date prisa en socorrerme;

14 sufran una derrota ignominiosa los que -me persiguen a muerte, vuelvan la espalda afrentados los que traman mi daño;

15 queden mudos de vergüenza los que se ríen de mí.

16 Alégrense y gocen contigo todos los que te buscan; digan siempre: "Grande es el Señor", los que desean tu salvación;

17 yo soy pobre y desgraciado, pero el Señor cuida de mí; tú eres mi auxilio y mi liberación: Dios mío, no tardes.