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Salmos 143 - Nueva Biblia Española (1975)


Súplica de liberación y dirección Salmo de David.

1 Señor, escucha mi oración: tú que eres fiel, atiende a mi súplica; tú que eres justo, respóndeme.

2 No llames ajuicio a tu siervo, pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti.

3 El enemigo me persigue a muerte, me machaca vivo contra el suelo, me confina a las tinieblas, como a los muertos de antaño.

4 Mi aliento desfallece, mi corazón dentro de mí está yerto.

5 Recuerdo los tiempos antiguos, medito todas tus acciones, considero la obra de tus manos,

6 y extiendo mis brazos hacia ti, tengo sed de ti como tierra reseca.

7 Respóndeme en seguida, Señor, que me falta el aliento; no me escondas tu rostro, igual que a los que bajan a la fosa.

8 Por la mañana hazme sentir tu lealtad, pues confío en ti; indícame el camino que he de seguir, pues me dirijo a ti;

9 líbrame del enemigo, Señor, que me refugio en ti;

10 enséñame a cumplir tu voluntad, que tú eres mi Dios. Tu aliento benéfico me guíe por terreno llano.

11 Por tu nombre, Señor, consérvame vivo; por tu justicia, sácame de la angustia;

12 por tu lealtad, destruye a mis enemigos, aniquila a los que me acosan, que siervo tuyo soy.