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Jueces 9 - Nueva Biblia Española (1975)


Reinado de Abimelec

1 Abimelec, hijo de Yerubaal, fue a Siquén, a casa de sus tíos maternos, y les propuso, a ellos y a todos los parientes de su abuelo materno, lo siguiente:

2 Digan a los siquemitas: ¿Qué les conviene más, que los gobiernen setenta, es decir, todos los hijos de Yerubaal, o que los gobierne uno solo? Y no olviden que yo soy de su sangre.

3 Sus tíos maternos lo comunicaron a los siquemitas, y éstos se pusieron de parte de Abimelec, pensando: ¡Es pariente nuestro!

4 Le dieron setecientos gramos de plata del templo de Baal del Pacto, y con ese dinero Abimelec asalarió a unos cuantos desocupados y aventureros que se pusieron a sus órdenes.

5 Luego fue a casa de su padre, a Ofrá, y asesinó a sus hermanos, los hijos de Yerubaal, a setenta hombres en la misma piedra. Sólo quedó Yotán, el hijo menor de Yerubaal, que se había escondido.

6 Los de Siquén y todos los de El Terraplén se reunieron para proclamar rey a Abimelec, junto a la encina de Siquén.

7 En cuanto se enteró Yotán, fue, y en pie sobre la cumbre del Monte Garizín, les gritó a voz en cuello: ¡Óiganme, vecinos de Siquén, así Dios los escuche!

8 Una vez fueron los árboles a elegirse rey, y dijeron al olivo: Sé nuestro rey.

9 Pero dijo el olivo: ¿Y voy a dejar mi aceite, con el que engordan dioses y hombres, para ir a mecerme sobre los árboles?

10 Entonces dijeron a la higuera: Ven a ser nuestro rey.

11 Pero dijo la higuera: ¿Y voy a dejar mi dulce fruto sabroso para ir a mecerme sobre los árboles?

12 Entonces dijeron a la vid: Ven a ser nuestro rey.

13 Pero dijo la vid: ¿Y voy a dejar mi mosto, que alegra a dioses y hombres, para ir a mecerme sobre los árboles?

14 Entonces dijeron todos a la zarza: Ven a ser nuestro rey.

15 Y les dijo la zarza: Si de veras quieren ungirme rey suyo, vengan a cobijarse bajo mi sombra, y si no, salga fuego de la zarza y devore a los cedros del Líbano.

16 Pues bien, ¿han procedido sincera y lealmente proclamando rey a Abimelec? ¿Se han portado bien con Yerubaal y su familia? ¿Se han portado con él como merecían los favores que les hizo?

17 -mi padre luchó por ustedes exponiéndose a la muerte y los libró del poder de Madián-.

18 Al contrario, se han sublevado hoy contra la familia de mi padre, asesinando a sus hijos, setenta hombres, en la misma piedra, y han nombrado rey de los siquemitas a Abimelec, hijo de una sirvienta de mi padre, con el pretexto de que es pariente de ustedes.

19 Si se han portado hoy sincera y lealmente con Yerubaal y su familia, celébrenlo con Abimelec y que él lo celebre con ustedes;

20 pero si no es así, ¡salga de Abimelec fuego que devore a los de Siquén y a los de Terraplén; salga fuego de los de Siquén y de los de Terraplén que devore a Abimelec!

21 Luego Yotán emprendió la huida y marchó a El Pozo; allí se quedó por miedo a su hermano Abimelec.

22 Abimelec gobernó a Israel tres años.

23 Dios enconó las relaciones entre Abimelec y los siquemitas, que lo traicionaron.

24 Así, el asesinato de los setenta hijos de Yerubaal, la sangre de sus hermanos, recayó sobre Abimelec, que los había asesinado, y sobre los de Siquén, cómplices en el asesinato.

25 Los de Siquén le pusieron emboscadas en los puertos de la sierra y despojaban a los caminantes que pasaban por allí. Abimelec se enteró.

26 Gaal, hijo de Obed, vino a Siquén con sus hermanos y se ganó la confianza de los siquemitas.

27 Salieron al campo, a la vendimia, pisaron la uva y celebraron la fiesta; fueron al templo de su dios y comieron y bebieron, entre maldiciones a Abimelec.

28 Gaal, hijo de Obed, les dijo: ¿Quién es Abimelec y qué es Siquén para que seamos sus esclavos? ¡Un hijo de Yerubaal, y Zebul, su gobernador, que sirvieron en casa de Jamor, padre de Siquén! ¿Por qué vamos a ser sus esclavos?

29 ¡Ah, si yo tuviera poder sobre este pueblo! Quitaría de en medio a Abimelec. Le diría:. Refuerza tu ejército y sal.

30 Zebul, gobernador de la ciudad, oyó el discurso de Gaal, hijo de Obed, y se encolerizó

31 y mandó emisarios a Abimelec, avisándole: Mira, Gaal, hijo de Obed, ha venido con sus parientes a Siquén y están soliviantando la ciudad contra ti.

32 Ven de noche con tu gente y pon emboscadas en el campo;

33 por la mañana madrugas al salir el sol y atacas la ciudad. Gaal y los suyos saldrán a presentarte batalla; entonces actúa, que es tu ocasión.

34 Abimelec se puso en marcha de noche con su gente y se emboscaron frente a Siquén, divididos en cuatro cuerpos.

35 Gaal, hijo de Obed, salió y se detuvo a las puertas de la ciudad, y Abimelec con su gente surgió de la emboscada.

36 Cuando Gaal los vio, dijo a Zebul: Mira, baja gente de las cumbres de los montes. Zebul contestó: Las sombras de los montes se te antojan hombres.

37 Pero Gaal insistió: Baja gente de El Ombligo de la Tierra, y un grupo avanza por el camino de la Encina de los Adivinos.

38 Entonces Zebul le dijo: ¿Dónde está esa boca que decía: "Quién es Abimelec para que seamos sus esclavos"? ¡Esos son los que despreciabas! Sal ahora y lucha con ellos.

39 Gaal salió al frente de los siquemitas y entabló batalla con Abimelec. Abimelec lo persiguió.

40 Gaal emprendió la huida y muchos cayeron muertos cuando huían hacia las puertas de la ciudad.

41 Abimelec se volvió a Arumá y Zebul desterró de Siquén a Gaal y sus parientes.

42 Al día siguiente, los de Siquén se echaron al campo, y Abimelec se enteró;

43 tomó a su gente, la dividió en tres cuerpos y se emboscó en el campo. Cuando los vio salir de la ciudad, se lanzó al ataque y los destrozó.

44 Abimelec y los de su grupo se abalanzaron contra la ciudad y tomaron posiciones en las puertas, mientras los otros dos grupos atacaban y derrotaban a los del campo.

45 Todo aquel día estuvo Abimelec atacando la» ciudad; al fin la conquistó, pasó a cuchillo a todos sus habitantes, la arrasó y la sembró de sal.

46 Al saberlo los de Torre Siquén, se refugiaron en la cripta del templo del dios del Pacto.

47 Abimelec se enteró de que estaban reunidos los de Torre Siquén;

48 subió al Monte Umbrío con toda su gente, empuñó un hacha, cortó una rama de un árbol y se la echó al hombro, mientras decía a los suyos: ¡Apúrense, hagan lo que me vean hacer!

49 Cada uno cortó una rama y siguieron a Abimelec. Apoyaron las ramas sobre la cripta y prendieron fuego al techo. Murieron todos los de Torre Siquén, unos mil entre hombres y mujeres.

50 Después Abimelec fue a Tebes, la sitió y la conquistó.

51 En medio de la ciudad había una torre fortificada, y allí se refugiaron todos los hombres y mujeres de la población, aseguraron por dentro los cerrojos y se subieron a la azotea.

52 Abimelec llegó junto a la torre, intentando asaltarla, se aproximó a la puerta para prenderle fuego,

53 pero una mujer le dejó caer sobre la cabeza una piedra de moler y le partió él cráneo.

54 Abimelec llamó en seguida a su escudero y le dijo: Saca la espada y remátame, que no se diga "lo mató una mujer". Su escudero lo atravesó, y murió.

55 Al ver los israelitas que había muerto Abimelec, cada cual se fue a su casa.

56 Así pagó Dios a Abimelec lo mal que se portó con su padre, asesinando a sus setenta hermanos.

57 Y todo el mal que hicieron los de Siquén Dios lo hizo recaer sobre ellos. Sobre ellos cayó la maldición de Yotán, hijo de Yerubaal.