Jeremías 2:25-27

25 Ahórrales calzado a tus pies, sed a tu garganta; en cualquier collado alto, bajo cualquier árbol frondoso tú respondes: ¡De ninguna manera! Estoy enamorada de extranjeros y me iré con ellos.

26 Como se queda turbado un ladrón sorprendido, se quedan turbados los israelitas, con sus reyes, príncipes, sacerdotes y profetas;

27 dicen a un leño: Eres mi padre; a una piedra: Me has dado a luz; me dan la espalda y no la cara, pero en el aprieto dicen: ¡Ven a salvarnos!