Génesis 32:25-27

25 y viendo que no lo vencía, le tocó la articulación del muslo y se la dejó tiesa mientras peleaba con él.

26 Dijo: Suéltame, que llega la aurora. Respondió: No te soltaré hasta que me bendigas.

27 Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Contestó: Jacob.