Génesis 32:24-26

24 Y él se quedó solo. Un hombre peleó con él hasta la aurora,

25 y viendo que no lo vencía, le tocó la articulación del muslo y se la dejó tiesa mientras peleaba con él.

26 Dijo: Suéltame, que llega la aurora. Respondió: No te soltaré hasta que me bendigas.