Biblia Total


Isaías 37 - Biblia Reina Valera 2004


Judá es librado de Senaquerib

1 ACONTECIÓ que cuando el rey Ezequías lo oyó, rasgó sus vestiduras, y cubierto de cilicio vino a la casa de Jehová.

2 Y envió a Eliaquim mayordomo, y a Sebna escriba, y a los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de cilicio, a Isaías profeta, hijo de Amoz.

3 Los cuales le dijeron: Ezequías dice así: Día de angustia, de reprensión y de blasfemia, es este día; porque los hijos han llegado hasta el punto de nacer, y no hay fuerza en la que da a luz.

4 Quizá oirá Jehová tu Dios las palabras de Rabsaces, al cual el rey de Asiria su señor envió para blasfemar al Dios vivo, y a reprender con las palabras que oyó Jehová tu Dios: eleva, pues, oración tú por el remanente que aún han quedado.

5 Vinieron, pues, los siervos de Ezequías a Isaías.

6 Y les dijo Isaías: Diréis así a vuestro señor: Así dice Jehová: No temas por las palabras que has oído, con las cuales me han blasfemado los siervos del rey de Asiria.

7 He aquí que yo doy en él un espíritu, y oirá un rumor, y se volverá a su tierra; y yo haré que en su tierra caiga a espada.

8 Vuelto, pues, el Rabsaces, halló al rey de Asiria que batía a Libna; porque ya había oído que se había apartado de Laquis.

9 Mas oyendo decir de Tirhakah rey de Etiopía: He aquí que ha salido para hacerte guerra; al oírlo, envió mensajeros a Ezequías, diciendo:

10 Diréis así a Ezequías rey de Judá: No te engañe tu Dios en quien tú confías, diciendo: Jerusalem no será entregada en mano del rey de Asiria.

11 He aquí que tú oíste lo que hicieron los reyes de Asiria a todas las tierras, que las destruyeron; ¿y escaparás tú?

12 ¿Libraron los dioses de las naciones a los que destruyeron mis antepasados, a Gozán, y Harán, Rezef, y a los hijos de Edén que moraban en Telasar?

13 ¿Dónde está el rey de Amat, y el rey de Arfad, el rey de la ciudad de Sefarvaim, de Hena, y de Iva?

14 Y tomó Ezequías las cartas de mano de los mensajeros, y las leyó; y subió a la casa de Jehová, y las extendió delante de Jehová.

15 Entonces Ezequías oró a Jehová, diciendo:

16 Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, que moras entre los querubines, sólo tú eres Dios sobre todos los reinos de la tierra; tú hiciste los cielos y la tierra.

17 Inclina, oh Jehová, tu oído, y oye; abre, oh Jehová, tus ojos, y mira; y oye todas las palabras de Senaquerib, el cual ha enviado a blasfemar al Dios viviente.

18 Ciertamente, oh Jehová, los reyes de Asiria destruyeron todas las naciones y sus tierras,

19 y entregaron los dioses de ellos al fuego; porque no eran dioses, sino obra de manos de hombre, leño y piedra; por eso los deshicieron.

20 Ahora pues, Jehová Dios nuestro, líbranos de su mano, para que todos los reinos de la tierra conozcan que sólo tú eres Jehová.

21 Entonces Isaías hijo de Amoz, envió a decir a Ezequías: Jehová Dios de Israel dice así: Acerca de lo que me rogaste sobre Senaquerib rey de Asiria,

22 Esta es la palabra que Jehová habló acerca de él: La virgen, la hija de Sión te ha menospreciado, y ha hecho escarnio de ti; a tus espaldas mueve su cabeza la hija de Jerusalem.

23 ¿A quién injuriaste y a quién blasfemaste? ¿Contra quién has alzado tu voz, y levantado tus ojos en alto? Contra el Santo de Israel.

24 Por mano de tus siervos infamaste al Señor, y dijiste: Yo con la multitud de mis carros subiré a las alturas de los montes, a las laderas del Líbano; cortaré sus altos cedros, sus cipreses escogidos; llegaré hasta la cumbre, al monte Carmelo.

25 Yo cavé, y bebí las aguas; y con las pisadas de mis pies secaré todos los ríos de los lugares sitiados.

26 ¿Acaso no has oído decir que de mucho tiempo ha yo lo hice, que desde los días de la antigüedad lo he formado? Lo he hecho venir ahora, y tú serás para que tornes ciudades fortificadas en montones de ruinas.

27 Y sus moradores, cortos de manos, quebrantados y confusos, serán como grama del campo y hortaliza verde, como hierba de los tejados, que antes de sazón se seca.

28 He conocido tu sentarte, tu salida y tu entrada, y tu furor contra mí.

29 Porque contra mí te airaste, y tu estruendo ha subido a mis oídos; pondré, pues, mi anzuelo en tu nariz, y mi freno en tus labios, y te haré volver por el camino por donde viniste.

30 Y esto te será por señal: Comerás este año lo que nace de suyo, y el año segundo lo que nace de suyo; y el año tercero sembraréis y segaréis, y plantaréis viñas, y comeréis su fruto.

31 Y el remanente de la casa de Judá que hubiere escapado, volverá a echar raíz abajo, y hará fruto arriba.

32 Porque de Jerusalem saldrá un remanente, y los que se salven del monte de Sión. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.

33 Por tanto, así dice Jehová acerca del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, ni lanzará saeta en ella; no vendrá delante de ella escudo, ni será echado contra ella baluarte.

34 Por el camino que vino, volverá, y no entrará en esta ciudad, dice Jehová:

35 Pues yo ampararé a esta ciudad para salvarla por amor de mí, y por amor de David mi siervo.

36 Y salió el ángel de Jehová, e hirió ciento ochenta y cinco mil en el campo de los asirios; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpos de muertos.

37 Entonces Senaquerib rey de Asiria partió, y fue y volvió, y habitó en Nínive.

38 Y aconteció, que mientras adoraba en el templo de Nisroc su dios, Adremelec y Sarezer, sus hijos, le mataron a espada, y huyeron a la tierra de Ararat; y reinó en su lugar Esarhadón su hijo.