Daniel 5:5-7

5 En aquella misma hora aparecieron los dedos de una mano de hombre, y escribían delante del candelabro, sobre el yeso de la pared del palacio real. Y el rey veía la mano que escribía.

6 Entonces el rey se puso pálido, y sus pensamientos le turbaron. Se desencajaron las articulaciones de sus caderas, y sus rodillas se chocaban la una contra la otra.

7 El rey gritó con gran voz que trajesen a los encantadores, a los caldeos y a los adivinos. El rey habló a los sabios de Babilonia y dijo: —Cualquier hombre que lea esta escritura y me declare su interpretación será vestido de púrpura, tendrá un collar de oro en su cuello y gobernará como el tercero en el reino.