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Salmos 65 - Biblia Reina Valera 1977


La generosidad de Dios en la naturaleza Al músico principal. Salmo. Cántico de David.

1 Al músico principal. Salmo. Cántico de David. A ti es debida la alabanza en Sión, oh Dios, Y a ti se cumplirán los votos.

2 Tú oyes la oración; A ti vendrá toda carne, a causa de sus culpas.

3 Las iniquidades prevalecen contra mí; Mas nuestras rebeliones tú las perdonas.

4 Bienaventurado el que tú escoges y atraes a ti, Para que habite en tus atrios; Seremos saciados del bien de tu casa, De la santidad de tu templo.

5 Con portentos de justicia nos respondes, Oh Dios de nuestra salvación, Esperanza de todos los términos de la tierra, Y de los más remotos confines del mar.

6 Tú, el que afianza los montes con su poder, Ceñido de valentía;

7 El que sosiega el estruendo de los mares, el bramido de sus olas, Y el tumulto de las naciones.

8 Por tanto, los habitantes de los confines de la tierra se sobrecogen ante sus señales portentosas. Tú haces alegrar las puertas de la aurora y del ocaso.

9 Cuidas de la tierra, y la riegas; En gran manera la enriqueces; Con el río de Dios, lleno de aguas, Preparas el grano de ellos, cuando así la dispones.

10 Haces que se empapen sus surcos, Igualas sus terrones; La ablandas con lluvias, Bendices sus renuevos.

11 Tú coronas el año con tus bienes, Y tus nubes destilan abundancia.

12 Destilan sobre los pastos del páramo, Y los collados se ciñen de alegría.

13 Se cubren de manadas los llanos, Y los valles se cubren de mieses; Dan voces de júbilo, y aun cantan.