Efesios 5:26-28

26 Y después de bañarla en el agua y la Palabra para purificarla, la hizo santa,

27 pues quería darse a sí mismo una Iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni nada parecido, sino santa e inmaculada.

28 Así deben también los maridos amar a sus esposas como aman a sus propios cuerpos: amar a la esposa es amarse a sí mismo.