Biblia Total


1 Samuel 5 - Biblia del Oso RV 1569


El arca en tierra de los filisteos

1 YLos Philiſtheos tomada el arca de Dios, truxeronla deſde Eben-ezer à Azoto.

2 Y tomaron los Philiſtheos el arca de Dios, y metieronla en la caſa de Dagon, y puſieronla cabe Dagon.

3 Y el ſiguiente dia los de Azoto ſe leuantaron de mañana, y heaqui Dagon proſtrado en tierra delante del arca de Iehoua: y tomaron à Dagon, y boluieronlo à ſu lugar.

4 Y tornandoſe à leuantar de mañana el dia ſiguiente, heaqui que Dagon auia caydo proſtrado en tierra delante del arca de Iehoua: y la cabeça de Dagõ, y las dos palmas de ſus manos eſtauan cortadas ſobre el lumbral de la puerta, ſolamente auia quedado Dagon en el.

5 Por eſta cauſa los Sacerdotes de Dagon, y todos los que entrã en el templo de Dagon, no piſan el lumbral de Dagon en Azoto haſta oy.

6 Y la mano de Iehoua ſe agrauó ſobre los de Azoto, que los deſtruyó, y los hirió en los ſießos en Azoto y en todos ſus terminos.

7 Y viendo eſto los de Azoto, dixeron: No quede con noſotros el arca del Dios de Iſrael: porque ſu mano es dura ſobre noſotros, y ſobre nueſtro dios Dagon.

8 Y embiaron à juntar à ſi todos los principes de los Philiſtheos, y dixeron: Que haremos del arca del Dios de Iſrael? Y ellos reſpondieron, Paßeſe el arca del Dios de Iſrael en Geth. Y paßaron el arca del Dios de Iſrael.

9 Y aconreció que como la ouierõ paßado, la mano de Iehoua fué cõtra la ciudad con grande quebrantamiento: q̃ hirió los hombres de aquella ciudad deſde el chico haſta el grande, que ſe les cubrian los ſießos.

10 Y embiarõ el arca de Dios en Accaron. Y como el arca de Dios vino en Accaron, los de Accaron dieron bozes diziendo: Paßaron à mi el arca del Dios de Iſrael por matarme à mi y à mi pueblo.

11 Y embiaron à juntar todos los principes de los Philiſtheos diziendo: Embiad el arca del Dios de Iſrael, y torneſe à ſu lugar, y no mate à mi y à mi pueblo. Porque auia quebrantamiento de muerte en toda la ciudad, y la mano de Dios ſe auia alli agrauado.

12 Y los que no morian, eran heridos en los ſießos, que el clamor de la ciudad ſubia àl cielo.