Salmos 5:8-10

8 Cuanto a m, por tus mercedes infinitas podré entrar en tu casa y, de tu temor transido, ante tu lugar santo postrarme.

9 Condúceme, Se or, en tu justicia y, en vista de quienes me acechan, allana tus caminos a mi paso.

10 No hay, por cierto, en su boca algo seguro, su interior es corrupción, sepulcro abierto su garganta, y su lengua, lisonjera.