Salmos 5:4-6

4 Oye mi voz, Se or, por la ma ana: a la aurora te env o mi oración y me quedo a la espera.

5 No eres tú, cierto, un Dios que se complace en rebeld as: ni disfruta el malvado de tu hospitalidad,

6 ni resiste el soberbio tu presencia. Tú odias a los autores de maldad,