Biblia Total


Proverbios 7 - Biblia Castilian 2003


Las artimañas de la ramera

1 Hijo m o, conserva mis palabras y guarda en tu interior mis preceptos.

2 Observa mis preceptos y vivirás, sea mi ense anza como la pupila de tus ojos.

3 Sujétalos a tus dedos, escr belos en la tablilla de tu corazón.

4 Di a la sabidur a: "Tú eres mi hermana" y da el nombre de amiga a la prudencia,

5 para guardarte de la mujer extra a, de la extranjera de palabras seductoras.

6 Estaba yo en la ventana de mi casa mirando por las celos as,

7 cuando vi entre los jóvenes ingenuos un muchacho falto de sentido.

8 Cruzó la calle, pasó junto a la esquina y enfiló el camino de la casa de ella,

9 en la sombra, ca do ya el d a, al llegar la noche y la oscuridad.

10 Entonces la mujer sale a su encuentro, como una cortesana, cubierta con un velo.

11 Es apasionada y veleidosa; sus pies no aguanta en casa:

12 ahora en la calle, luego en la plaza, merodea en todas las esquinas.

13 Se lanza sobre él y lo besa, le dice con aire desenvuelto:

14 "Ten a que ofrecer un sacrificio; y hoy he cumplido la promesa.

15 Por eso te he salido al paso; te buscaba, y ahora te encuentro.

16 He adornado mi cama con colchas, con sábanas de lino de Egipto;

17 he perfumado mi lecho con mirra, con áloe y cinamomo.

18 Ven, embriaguémonos de amor hasta la ma ana, disfrutemos juntos del placer.

19 No está mi marido en casa: se marchó de viaje muy lejos,

20 se llevó la bolsa del dinero, hasta el plenilunio no volverá".

21 Lo rinde a fuerza de halagos, lo arrastra con sus labios seductores.

22 Él sigue tras ella al instante, como toro que va al matadero; como ciervo apresado en la trampa,

23 hasta que un dardo le traspase las entra as; como pájaro ca do en el lazo, sin saber que le va la vida en ello.

24 Y ahora, hijo m o, escúchame, atiende a las palabras de mi boca:

25 no se aparte tu corazón por sus caminos, no te extrav es por sus senderos,

26 porque a muchos ella hirió de muerte y sus v ctimas son innumerables.

27 Camino hacia el seol es su morada; conduce a las mansiones de la muerte.