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2 Reyes 11 - Biblia Castilian 2003


Atalía usurpa el trono

1 Al ver Atal a, madre de Ocoz as, que su hijo hab a muerto, exterminó a toda la estirpe real.

2 Pero Josebá, hija del rey Jorán y hermana de Ocoz as, tomó a Joás, hijo de Ocoz as, lo sacó furtivamente de entre los hijos del rey que estaban siendo asesinados y lo escondió, a él y a su nodriza, en la alcoba, para ocultarlo de la vista de Atal a. Por eso no fue asesinado.

3 Estuvo oculto con ella en el templo de Yahveh durante los seis a os que reinó Atal a en el pa s.

4 Al séptimo a o, Joadá mandó a buscar a los jefes de las centurias de los carios y de la guardia real y los hizo venir a donde él estaba en el templo de Yahveh. Pactó luego con ellos una alianza, y después de hacerles prestar juramento en el templo de Yahveh, les mostró al hijo del rey.

5 Y les dio esta orden: " Vais a hacer esto: la tercera parte de vosotros que entra en servicio el sábado para montar la guardia del palacio real,

6 el tercio que se aposta en la puerta de sur y el otro tercio que guarda la puerta que está detrás de la guardia real, montaréis la guardia del templo por turno;

7 pues los dos grupos vuestros, o sea, todos los que salen de servicio el sábado, montarán también la guardia en el templo de Yahveh, junto al rey.

8 Formaréis un c rculo alrededor del rey, cada uno con sus armas en la mano, de suerte que quien intente penetrar en las filas, será muerto. Y estaréis en todo momento junto al rey".

9 Los jefes de las centurias cumplieron exactamente cuanto les hab a mandado el sacerdote Joadá. Tomó cada uno sus hombres - los que entraban de servicio el sábado y los que sal an el sábado - y se presentaron al sacerdote Joadá.

10 Éste entregó a los jefes de las centurias las lanzas y los escudos del rey David, que estaban en el templo de Yahveh.

11 Los de la guardia se apostaron, cada uno con sus armas en la mano, desde el ala derecha del templo hasta la izquierda, delante del altar y el edificio, alrededor del rey.

12 Joadá sacó entonces al hijo del rey, le puso la corona y el libro de la ley, lo proclamaron rey y lo ungieron. Luego batieron palmas y gritaron: "¡Viva el rey!".

13 Cuando Atal a oyó el griter o de la gente, se acercó a la muchedumbre que estaba en el templo de Yahveh.

14 Al mirar, vio al rey, de pie junto a la columna, conforme a la costumbre, rodeado de los jefes y de los trompeteros, y a toda la gente del pa s alborozada, mientras sonaban las trompetas. Entonces se rasgó las vestiduras y gritó: "¡Traición, traición!".

15 Pero el sacerdote Joadá ordenó a los jefes de centuria que estaban al mando de las tropas: "Sacadla fuera del templo, por entre las filas, y al que la siga matadlo a espada", pues el sacerdote hab a dicho: "¡No la matéis en el templo de Yahveh!".

16 La empujaron con las manos, y cuando ella llegó al palacio real por el camino de la Puerta de los caballos, all la mataron.

17 Joadá selló un pacto entre Yahveh, el rey y el pueblo, por el que se obligaban a ser el pueblo de Yahveh; y asimismo otro entre el rey y el pueblo.

18 Luego entró todo el pueblo en el templo de Baal y lo demolieron, hicieron a icos sus altares y sus imágenes y mataron ante el altar a Matán, sacerdote de Baal. El sacerdote Joadá montó una guardia en el templo de Yahveh.

19 Y habiendo reunido a los jefes de centuria, a los carios, a los de la guardia real y a toda la gente del pa s, bajaron al rey desde el templo de Yahveh y por la puerta de la guardia real entraron en el palacio del rey. Y él se sentó en el trono real.

20 Toda la gente del pa s se llenó de júbilo y la ciudad quedó tranquila. A Atal a le hab an dado muerte a espada en el palacio real.