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2 Crónicas 31 - Biblia Castilian 2003


1 Cuando todo esto hubo terminado, todos los israelitas que all se encontraban salieron por las ciudades de Judá y rompieron las estelas, derribaron las aserás y demolieron los lugares altos y los altares por todo Judá y Benjam n, y también por Efra n y Manasés, hasta acabar con ellos. Después, todos los israelitas regresaron, cada uno a su propiedad, a sus ciudades.

Ezequías reorganiza el servicio de los sacerdotes y levitas

2 Ezequ as restableció los grupos de los sacerdotes y de los levitas según sus clases, cada cual según sus funciones, tanto en el caso de los sacerdotes como en el de los levitas, según que se tratara de los holocaustos, de los sacrificios de comunión, del servicio del culto, de los cánticos de acción de gracias y de los himnos de alabanza en las puertas del campamento de Yahveh.

3 El rey destinó la parte correspondiente de su hacienda para los holocaustos: los de la ma ana y los de la tarde, los de los sábados, los de los novilunios y los de las solemnidades, según está escrito en la ley de Yahveh.

4 Y mandó a la gente que resid a en Jerusalén que entregara la parte correspondiente a los sacerdotes y levitas, para que éstos se mostraran más perseverantes en la ley de Yahveh.

5 Cuando esta disposición se hizo pública, los israelitas entregaron en abundancia las primicias del trigo, del mosto, del aceite, de la miel y de todos los productos del campo; entregaron en abundancia el diezmo de todo.

6 También los hijos de Israel y de Judá que resid an en las ciudades de Judá entregaron el diezmo del ganado mayor y menor y el de las cosas consagradas a Yahveh, su Dios, y las dispusieron en montones.

7 En el tercer mes comenzaron a formar los montones, y acabaron en el séptimo mes.

8 Cuando Ezequ as y los jefes vinieron y vieron tantos montones bendijeron a Yahveh y a su pueblo Israel.

9 Ezequ as preguntó a los sacerdotes y a los levitas acerca de aquellos montones

10 y el sumo sacerdote Azar as, de la casa de Sadoc, le respondió as: "Desde que han comenzado a llegar las ofrendas al templo de Yahveh, hemos comido hasta saciarnos y aún queda mucho, pues Yahveh ha bendecido a su pueblo; y esta gran cantidad es lo que sobra".

11 Entonces mandó Ezequ as que prepararan cámaras en el templo de Dios. Las prepararon

12 y con toda honradez metieron en ellas las ofrendas, los diezmos y las cosas consagradas. Al cargo de ellas estaba, como intendente, el levita Quenan as y, como lugarteniente suyo, su hermano Seme.

13 Yejiel, Azaz as, Nájat, Asael, Yerimot, Jozabad, Eliel, Yismaqu as, Májat y Bena as eran los empleados, bajo las órdenes de Quenan as y de su hermano Seme, por encargo del rey Ezequ as y de Azar as, intendente del templo de Dios.

14 El levita Coré, hijo de Yimná, portero de la puerta oriental, estaba encargado de las ofrendas voluntarias hechas a Dios y de distribuir las ofrendas reservadas a Yahveh y las cosas sacrat simas.

15 A sus órdenes estaban Eden, Minyam n, Yesúa, Sema as, Amar as y Sekan as, que resid an permanentemente en las ciudades sacerdotales, para hacer las distribuciones a sus hermanos, según sus clases, as a los grandes como a los peque os,

16 con la sola condición de que estuvieran inscritos en el registro de los varones desde los tres a os por lo menos, y a todos los que ven an al templo de Yahveh para prestar su servicio, según la tarea de cada d a, conforme a sus funciones y sus clases.

17 Este empadronamiento de los sacerdotes estaba hecho según sus casas paternas, igual que el de los levitas, desde los veinte a os para arriba, según sus funciones y sus clases.

18 Se registraron también todos sus ni os y mujeres, sus hijos e hijas, con toda la asamblea, porque con fidelidad se consagraban a las cosas santas.

19 En cuanto a los hijos de Aarón, los sacerdotes que viv an en los campos, en los ejidos de sus ciudades, hab a en cada ciudad hombres nominalmente designados para distribuir las porciones a todos los varones de la clase sacerdotal, y a todos los que hab an sido inscritos entre los levitas.

20 As hizo Ezequ as en todo Judá: hizo lo que es bueno, recto y justo ante Yahveh, su Dios.

21 Y todo cuanto emprendió en servicio del templo de Dios, de la ley y de los mandamientos, lo hizo buscando a su Dios de todo corazón. Por eso tuvo éxito.