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Jeremías 2:27 Biblia Reina Valera Gómez (2010) | 61 Versiones de la Biblia Comparar

Jeremías 2

27 que dicen al leño: Mi padre eres tú; y a la piedra: Tú me has engendrado; pues me volvieron la cerviz, y no el rostro; pero en el tiempo de su tribulación dicen: Levántate, y líbranos.

Jeremías 2

27 dicen a un leño: Eres mi padre; a una piedra: Me has dado a luz; me dan la espalda y no la cara, pero en el aprieto dicen: ¡Ven a salvarnos!

Jeremías 2

27 Son los que dicen al leño: "Mi padre eres tú," Y a la piedra: "Tú me engendraste." Porque ellos Me han dado las espaldas, Y no el rostro; Pero en el tiempo de su calamidad dirán: "Levántate y sálvanos."

Jeremías 2

27 que dicen a un palo: "Tú eres mi padre", y a una piedra: "Tú me diste la vida. Ellos me dan la espalda, en vez de mostrarme su cara. Pero cuando les pase una desgracia, gritarán diciéndome: "¡Levántate, sálvanos!"

Jeremías 2

27 que dicen a un leño: “Mi padre eres tú”, y a una piedra: “Tú me has engendrado”. Me volvieron la espalda y no el rostro, pero en el tiempo de su calamidad dicen: “¡Levántate y líbranos!”.

Jeremías 2

27 que dicen al le o: "Mi padre eres tú", y a la piedra: "Tú me has dado a luz", mientras a m me dan la espalda y no la cara. Pero cuando las cosas se tuercen dicen: "¡Levántate y sálvanos!".

Jeremías 2

27 A un trozo de madera le dicen:“Tú eres mi padre”,y a una piedra le repiten:“Tú me has dado a luz.”Me han vuelto la espalda;no me quieren dar la cara.Pero les llega la desgracia y me dicen:“¡Levántate y sálvanos!”

Jeremías 2

27 Ellos le dicen a un árbol: ‘Tú eres mi padre’, y a una piedra: ‘Tú me has dado a luz’, mientras que a mí me han dado las espaldas y no la cara. Pero en el tiempo de su angustia dicen: ‘¡Levántate y sálvanos!’

Jeremías 2

27 los que dicen al madero: "Mi padre eres tú", y a la piedra: "Tú me diste a luz."Tras de volverme la espalda, que no la cara, al tiempo de su mal dice: "¡Levántate y sálvanos!"

Jeremías 2

27 los que dicen al leño: "Tú, padre mío"; y a la piedra: "Tú me pariste." Tras volverme la espalda, que no la cara, cuando vienen mal dadas dice: "¡Levántate y sálvanos!"